San Salvador, 6 mar (Prensa Latina) El Salvador registra buenos síntomas para impulsar su economía pese a que no logra enrumbar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para inyectar recursos frescos a las inversiones.
Según informes del Banco Central de la Reserva (BCR) la actividad económica creció 4.9 por ciento en diciembre aunque la capacidad financiera del gobierno disminuyó para conseguir recursos de instituciones multilaterales, mientras que las alternativas en el mercado local son limitadas.
Pese a los problemas las actividades económicas como la construcción, servicios financieros, comercio, transporte, hoteles y restaurantes, servicios profesionales y servicios del Gobierno, muestran un buen desempeño, según el BCR.
»Las diversas estrategias ejecutadas por el Gobierno del presidente Nayib Bukele impulsaron los factores que influyeron en el comportamiento positivo del Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE), siendo los más destacados: la construcción, la demanda del crédito para actividades productivas y el turismo», agregó el banco.
En lo referente al turismo, una de las actividades con mayor crecimiento en el país para consagrase como una de los motores de la economía, la víspera Bukele resaltó que el sector creció un 35 por ciento en lo que va del año, en comparación con 2023.
Eso se manifestó en el mes de febrero que a nivel histórico se situó como el de mayor crecimiento de visitantes internacionales con 296 mil superando en un 34 por ciento a igual fecha del año anterior, según datos del Ministerio de Turismo.
El dinamismo del sector es evidente pues hasta la fecha llegaron al país 647 mil visitantes internacionales, un 35 por ciento más respecto a 2023.
Pese a estos logros en algunas actividades productivas, el riesgo país de El Salvador aún no retorna a los niveles prepandemia.
Hasta inicios de marzo, El Salvador mantuvo un riesgo país de 6.87 puntos, por encima de los 3.88 puntos reportados a igual fecha de 2020.
El Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI en inglés), mide la capacidad de pago de un gobierno emergente y es uno de los parámetros clave para los inversionistas y aún no retorna a los niveles prepandemia, pues el 2 de enero de 2020, antes de que iniciara la emergencia sanitaria, rondaba los 3.88 puntos, y hasta el 4 de marzo pasado la cifra aún se mantuvo en 6.84 puntos.
El economista y académico de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, Daniel Serrano, señaló que el EMBI representa el principal indicador de riesgo país para El Salvador.
Así marchan las cosas en El Salvador, donde el gobierno aspira relanzar la economía en un segundo mandato aunque algunos prevén contratiempos económicos que puede enfrentar el país, en especial en sus negociaciones con el FMI.